Las diferencias principales entre el gas natural y el gas ciudad, es que el gas ciudad es un gas manufacturado, compuesto principalmente de hidrógeno y monóxido de carbono, mientras que el gas natural es una mezcla de hidrocarburos extraída directamente de yacimientos, principalmente metano.
El gas ciudad, como mencionamos anteriormente, se producía a partir de la destilación del carbón, lo que resultaba en una mezcla de varios gases, entre los cuales predominaban el monóxido de carbono y el hidrógeno. Por lo que el gas ciudad era por su composición una fuente energética peligrosa y altamente contaminante.
Por otro lado, el gas natural es un hidrocarburo compuesto principalmente de metano (CH4) y se extrae directamente de yacimientos subterráneos. Este gas es mucho más limpio que el gas ciudad, ya que su combustión produce menos emisiones de dióxido de carbono y no genera residuos tóxicos. Además, el gas natural tiene un poder calorífico superior, lo que lo convierte en una fuente de energía más eficiente.
¿Qué es el gas ciudad?
El gas ciudad, también conocido como gas manufacturado o gas de hulla, es un tipo de gas que se producía mediante la destilación de carbón en ausencia de oxígeno. Este proceso generaba una mezcla de gases, principalmente monóxido de carbono, hidrógeno y metano, que luego era distribuida a los hogares y empresas para su uso en cocinas, calefacción y otros fines.
Este tipo de gas fue ampliamente utilizado desde mediados del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, especialmente en zonas urbanas. Sin embargo, el gas ciudad tenía varios inconvenientes. Por un lado, su producción generaba una alta cantidad de residuos contaminantes y su uso presentaba riesgos de toxicidad debido al contenido de monóxido de carbono, un gas altamente tóxico.
Con el avance de la tecnología y la disponibilidad de fuentes de energía más limpias y seguras, como el gas natural, el uso del gas ciudad comenzó a declinar a partir de la década de 1960. Eventualmente, la mayoría de los sistemas de distribución de gas ciudad fueron convertidos para transportar gas natural, un proceso que culminó en la década de 1980 en muchos países, incluyendo España.
Poder calorífico de los dos tipos de gas
El poder calorífico es una medida de la cantidad de energía que se libera durante la combustión de un combustible. En este aspecto, el gas natural presenta un poder calorífico superior al del gas ciudad. Mientras que el gas ciudad tenía un poder calorífico de alrededor de 4.500 a 5.000 kcal/m³, el gas natural alcanza valores que oscilan entre los 8.500 y 9.500 kcal/m³. Esto significa que el gas natural proporciona más energía por metro cúbico de gas consumido, lo que se traduce en una mayor eficiencia energética y menores costes para el consumidor.
El gas natural es mucho más limpio y menos contaminante
Una de las principales ventajas del gas natural sobre el gas ciudad es su impacto ambiental. El gas natural es una fuente de energía mucho más limpia, ya que su combustión produce menores cantidades de dióxido de carbono, óxidos de nitrógeno y otros contaminantes en comparación con el gas ciudad. Además, al ser prácticamente inodoro e incoloro, el gas natural no contribuye a la contaminación del aire de la misma manera que lo hacía el gas ciudad, que liberaba grandes cantidades de humo y otros subproductos nocivos durante su producción y uso.
Cómo se compone y cómo se obtiene el gas natural y el gas ciudad
La composición y el origen de ambos gases son aspectos clave que destacan sus diferencias. El gas ciudad se obtenía mediante la destilación del carbón, un proceso químico que produce una mezcla de varios gases. Este procedimiento no solo era ineficiente, sino que también generaba residuos sólidos y líquidos contaminantes.
Por otro lado, el gas natural es un combustible fósil que se extrae directamente de yacimientos subterráneos. Está compuesto principalmente por metano, lo que le confiere sus propiedades menos contaminantes y un mayor poder calorífico. La extracción del gas natural se realiza mediante perforación y, una vez extraído, se transporta a través de una red de tuberías hasta los puntos de consumo.
Termos y calentadores de gas ciudad: ya no existen
Con la desaparición del gas ciudad, también quedaron obsoletos los termos y calentadores diseñados específicamente para su uso. Estos equipos fueron gradualmente reemplazados por dispositivos compatibles con gas natural o electricidad, que son más seguros, eficientes y menos contaminantes. Hoy en día, no se fabrican termos ni calentadores para gas ciudad, ya que este tipo de gas dejó de utilizarse debido a sus múltiples desventajas en comparación con las opciones modernas.
El gas ciudad es un ejemplo de cómo la tecnología y las necesidades energéticas han evolucionado con el tiempo. Su reemplazo por el gas natural ha permitido una mejora significativa en términos de eficiencia, seguridad y sostenibilidad ambiental, aspectos que son cruciales en el contexto energético actual.
Muchos pueden pensar que el gas ciudad es lo mismo que gas natural, pero como hemos visto en este articulo, no, la diferencia es notable y significativa.